Hace unos años, me encontré por pura fortuna, con este libro maravilloso, escrito por un médico Suizo que vivió de 1898 a 1986.
Un médico evangélico que sin ser Psiquiatra desarrolló una Medicina que va más allá de las causas materiales de la enfermedad humana y que además propone un tratamiento que empiece por explorar los problemas del alma y del espíritu.
De ese extraordinario libro quiero compartir algunas gotas de sabiduría para que mediten sobre ellas y se animen a compartir conmigo y los demás lectores su propia visión, a través de los comentarios.
- "Porque el hombre, espíritu, alma y cuerpo, es una unidad. Lo que vive en su cuerpo corresponde a lo que vive en su alma y a lo que vive en su espíritu. El alma, la psique, es lo que depende de la psicología: voluntad, inteligencia, sentimiento, moral, etc...El espíritu se expresa a través de todo esto, pero no es alma ni cuerpo"
- “Los problemas físicos de una vida corresponden a sus problemas psíquicos, y estos dos órdenes de problemas corresponden a sus problemas espirituales. No es posible cuidar al cuerpo sin cuidar el alma y el espíritu. No hay reforma física alguna de una vida sin su reforma moral. Y no hay reforma moral alguna sin renovación espiritual”
- “Dios tiene un plan para cada persona. Vivir de acuerdo a ese plan es la vida normal del hombre. Apartarse de él física, moral o espiritualmente, es lo que yo denomino faltas de vida, faltas que tienen una repercusión fatal sobre la salud. La tarea del médico consiste pues en ayudar a la persona a que discierna el plan de Dios para su vida, con el objeto que realice así su vida normal.”
- “El hombre siente tan enorme necesidad de religión, que cuando le arrebatan la verdadera, se procura otras. Hay una religión del remedio, que no es la menos ingenua. Es sorprendente comprobar cuántos descreídos, que rechazan, llamándolo vestigio de un pasado caduco, todo recurso a la fuerza de Dios en las dificultades de la vida, cifran luego sus esperanzas de salvación en una droga cualquiera, porque es el producto del progreso científico”
Reflexiones cómo estas me han ayudado en el ejercicio de una medicina que ha querido combinar siempre la mejor opción de tratamientos médicos a la luz del conocimiento actual con el respeto a la integralidad de la persona. Y espero que a Ud. (como a mí) interesado en preservar o recuperar su salud: le sirva también de un punto de partida para considerar los asuntos no resueltos en su vida espiritual que no le dejan llevar esa vida normal y sana que podría alcanzar al vivir conforme a la voluntad de Dios.
